Laura Weffer le hace swing a una recta por el medio del plate

Following on from our GoogleHangout last night, we have a guest post by Efecto Cocuyo’s CEO Editorial, Laura Weffer. Incidentally, if you haven’t already (tsk-tsk!) you can donate to Laura...

lauraFollowing on from our GoogleHangout last night, we have a guest post by Efecto Cocuyo’s CEO Editorial, Laura Weffer. Incidentally, if you haven’t already (tsk-tsk!) you can donate to Laura and LuzMely’s amazing initiative here. Then (but only after you’ve done that!) go ahead and follow Efecto Cocuyo on Facebook here. 

Gracias a todos por acompañarnos en nuestro primer hangout. Resultó ser una experiencia muy interesante hasta que se se cayó la comunicación justo antes de entrar a la parte de preguntas y respuestas.

Sin embargo, mi querido Quico Toro me hizo llegar la inquietud de un usuario anónimo sobre Efecto Cocuyo. Con gusto paso a responderle:

Todo el proyecto (desde el nombre y el lema) suena muy “cuchi”, pero poco sustentado en la realidad, y eso es tan evidente que es hasta tierno. Por ejemplo, ¿cómo pueden los venezolanos que aún viven en Venezuela, que serían el primer “público cautivo”, contribuir con ellos si las contribuciones están fijadas, de entradita y sin empacho, en dólares? ¿Es eso realista? ¿No es un poco “sifrino” y alejado de la realidad sobre la que pretenden dar luz? ¿No era más lógico dar la opción de contribuir también en bolívares para que el acceso de la gente fuera más general y “democrático”? Además de “cuchi”, el proyecto parece excesivamente ambicioso, ¿Qué harán si no alcanzan sus objetivos económicos? ¿Devolverán las contribuciones o, a la criolla, “se harán los locos”? Si consiguen los fondos para funcionar, así sea a medias, el primer año, ¿cómo harán con el segundo y el tercero? ¿Lo pensaron realmente a largo plazo o lo hicieron, a la Eudomar Santos: “como vaya viniendo vamos viendo”? ¿Es esto realmente un “emprendimiento” (palabra usada un poco al garete en estos tiempos) o simplemente una aventura desesperada ante la realidad, por otra parte ineludible, del ahogo de los medios? ¿Pueden explicar qué significa “periodismo independiente” realmente, y, además, por un medio restringido en su alcance y penetración como la internet? Verbigracia: Caracas Chronicles tiene casi tantos años como el régimen, un prestigio bien ganado y bastantes lectores, pero ¿ha generado alguna ganancia económica? ¿No es un poco cándido, por no decir pretencioso, creer que pueden mantener el “equilibrio informativo” en una sociedad donde todo está desequilibrado y la mayor parte de los medios televisivos, radiales e incluso impresos están en manos del gobierno o sus secuaces, y eso acompañado de una propaganda brutal y bien pensada? Por último: los contenidos que han generado hasta ahora no difieren demasiado de los de otras páginas de información que tienen, sea años en el mercado, sea soporte publicitario, como Contrapunto, por mencionar una de las nuevas. ¿Cómo piensan diferenciarse de los demás,más allá de la “cuchitura” y las buenas intenciones?”

Vamos por partes: particularmente no tengo ningún problema con el término cuchi, me parece cuchi. Pero la verdad es que Efecto Cocuyo es un proyecto con un sentido social arraigado y una visión romántica sobre el periodismo; pero acompañado de un sólido plan de negocios elaborado durante meses con una incubadora de emprendimiento que hizo el acompañamiento. La visión es crear un modelo de medio digital que sea autosustentable y con un patrón replicable en otras latitudes.

Nuestro “primer público cautivo” es toda aquella persona que esté interesada en el periodismo libre y en el apoyo de la democracia en Venezuela. No necesariamente tienen que ser quienes viven dentro del territorio nacional. El llamado es para cualquiera que sea sensible a la realidad que estamos viviendo y que esté convencido de que es importante su colaboración. No hay aporte pequeño. Todo cuenta.

Hicimos un plan en el que incluimos el lanzamiento de Efecto Cocuyo en el exterior porque tuvimos la oportunidad de viajar y dar a conocer la iniciativa en otras partes del mundo. Es muy realista, tanto que se ha visto reflejado en la actitud y el resultado de hasta ahora en el microfinanciamiento.

De sifrino nada. Nuestro levantamiento de fondos es por etapas. Inicialmente será en el exterior y luego incluiremos a los usuarios nacionales (en una fecha que próximamente anunciaremos), que por cierto, ya nos han hecho saber de su interés en contribuir.

Una de nuestras premisas fundamentales es la transparencia. Nuestra proyección es para funcionar por dos años tal como lo estamos haciendo ahora. Pero si la meta no es alcanzada, igual con lo recaudado hasta ahora nos permitirá funcionar cómodamente por los próximos nueve meses. Eso, sin contar las otras fuentes de financiamiento previstas tales como producción de contenido y publicidad. Con respecto a este punto estamos buscando un modelo que permita su utilización pero que no comprometa nuestra independencia. Por cierto, cuando hablamos de independencia lo hacemos porque detrás de Efecto Cocuyo no hay ningún partido político, empresario, gobierno o banquero. Somos Luz Mely reyes y Laura Weffer que decidimos poner nuestro rostro y experiencia para echar adelante un proyecto de vida que cumple con nuestro impulso vital: cumplir con el compromiso social y ético de informar.

Le reconozco que los periodistas somos malos con los números, por eso justamente hemos hecho sinergia con la incubadora de emprendimiento llamada Ecoem, con quien hemos diseñado un modelo adaptado según las particularidades financieras y económicas de Venezuela, teniendo en mente que hacer periodismo de investigación es costoso; pero sin dejar a un lado la responsabilidad social de nuestra profesión. Por supuesto que hay un plan de negocios y bórrese de la cabeza la posibilidad de que “nos hagamos los locos”. Para nosotras este es un plan de vida y esperamos que dure más de dos o tres años.

Es cierto que ofrecer un periodismo equilibrado en estos tiempos es por decir lo menos, retador; pero no imposible. Es trabajoso, es difícil, es complicado; pero la otra opción es paralizarse. Paralizarse por miedo, por incertidumbre, por tristeza, por depresión y nosotros decidimos seguir hacia adelante. Es una decisión muy personal, pero la acogida ha sido tan sonora y calurosa, que nos ha dado fuerzas para lograr mucho en muy poco tiempo.

En cuanto a nuestro contenido le aseguro que hay muchos elementos diferenciadores. Apostamos por la noticia pero también por el contexto y la agenda propia.

De los artículos más leídos esta semana está uno que se llama: De la A a la Z de los bonos venezolanos en el que explicamos lo más básico de este instrumento financiero basado en las preguntas de los usuarios.

También tenemos en exclusiva la historia del cabo que murió en los ejercicios militares de Apure y una entrevista con el padre de Kluiberth en Táchira al cumplirse un mes de su asesinato. Hay un elemento común, el elemento humano.

No podemos abstraernos de la realidad; pero la abordamos desde una perspectiva novedosa.

No tenemos una redacción sino un laboratorio de ideas. Apenas somos seis periodistas, pero muy comprometidos todos. Además, nuestra gran meta es establecer comunicación con el usuario, crear redes. Un solo cocuyo no hace la diferencia, pero muchos, juntos, seguro que sí logran alumbrar el camino.

Gracias por su interés. Entendemos su escepticismo y lo invitamos a confiar en esta iniciativa que lucha por su derecho a estar bien informado.

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